La lectura de la Torá de esta semana proviene de Éxodo 6:2 – 9:35. Aquí hay un breve comentario de Baruch. Al comenzar el año 2019, este es un gran estímulo para nosotros, ya que buscamos mejorar nuestra forma de caminar con el Señ-r y el deseo de servir a Di-s de una manera más amplia.
En la lectura de la Torá de esta semana, uno encuentra un mensaje de aliento para aquellos que se sienten inadecuados ante Di-s. La verdad del asunto es que cada persona, ya sea que lo sepa o no, es inadecuada para servir a Di-s. Lo importante a recordar es que HaShem quiere usarte. Piénsenlo de esta manera: un gran jugador de tenis puede hacer grandes cosas con una raqueta de tenis no tan buena. El hombre es sólo la raqueta; Di-s es el que en realidad realiza el trabajo. Una vez que tú y yo comprendamos que el resultado depende de la soberanía de Di-s y no de nuestra capacidad, entonces nuestra insuficiencia no será el problema.
Anteriormente, en el libro de Éxodo, el lector aprende que Moisés no quiere ser el que HaShem use para sacar a los Hijos de Israel de Egipto. Una vez más, Moisés se opone y le “recuerda” a Di-s que no es apropiado para hacer la tarea que HaShem le está pidiendo que haga. ¿Por qué es esto? Moisés no quiere ir a hablar con el Faraón porque tiene labios incircuncisos. Moisés declara ante HaShem,
“… he aquí, yo soy (de) labios no circuncidados, y ¿cómo me escuchará el Faraón?” Éxodo 6:30
Moisés necesitaba aprender que el poder descansaba en las palabras que a Moisés se le había ordenado hablar y no en quien simplemente las pronunciaba. En otras palabras, la verdad tiene un poder ungido que no puede ser obstaculizado incluso por alguien que no es elocuente en el habla. Del mismo modo, aquellos que hablan de una manera impresionante, que tienen un gran dominio del idioma y una voz que agrada escuchar, no pueden compensar la falta de contenido espiritual. Preferiría escuchar a uno que tropieza a través de Juan 3:16 que escuchar al orador más grande, recitar la presentación más inteligente del cambio climático o la teoría de la evolución del hombre.
Recuerde las palabras de Pablo que dijo que no fue designado para predicar el Evangelio según la sabiduría humana y de una manera elocuente, para que no se hiciera vana el poder de la Cruz (véase 1 Corintios 1:17).
La próxima vez que sientas que Yeshua te llama a hacer algo, no te preguntes: “¿Estoy a la altura de la tarea?”; más bien asegúrate de estar escuchando Su voz. Si es así, Él proveerá lo que te falta, todo lo que necesitas traer es un espíritu obediente mezclado con mucha oración.