En la porción de la Torá de esta semana, aprendemos un aspecto muy importante de la palabra bíblica “santo”. En el idioma inglés (o español, en este caso), cuando uno escucha la palabra santo, evoca pensamientos de pureza, bondad, santidad, etc. Tales palabras sí se relacionan con la santidad, pero hay otro aspecto de la santidad que a menudo es pasado por alto por la cultura occidental. Este aspecto es el de propósito. Siempre hay un propósito para aquello que es santo, es decir, lo que está santificado. En la parashá de esta semana, se habla sobre el Voto Nazareo. En esta sección (Números capítulo 6), uno lee:
“Todo el tiempo de su nazareato, será santo á Jehová.“ Números 6:8
¿Revela este versículo que solo porque uno ha tomado el voto de Nazareo y se está absteniendo de productos derivados de las uvas, no cortándose el cabello, y no entrando en contacto con los muertos; que esta persona es santa? Ciertamente, esta persona podría estar participando en otras actividades que podrían tener una influencia contaminante. Entonces, ¿por qué el versículo 8 declara que el que está bajo el Voto Nazareo es santo todos los días que se abstiene de estas cosas?
El propósito de la palabra “santo” en este versículo no es para transmitirle al lector el estado de su condición espiritual, sino que al mantener los términos del voto nazareo, se le aparta al lado para el propósito del voto. Abstenerse del pecado siempre incumbe a todos los individuos, pero cuando uno también agrega a un estilo de vida moral y ético las condiciones del Voto Nazareo, entra en un nuevo estado de intimidad ante Dios. Aunque hay mucho debate sobre las razones o la motivación para uno hacer el voto Nazareo, la mayoría de las autoridades están de acuerdo en que el Nazir (el que está bajo este voto) quería acercarse más a HaShem.
Nuestro versículo simplemente enseña que todo el tiempo que el Nazir se está absteniendo, él se aparta para el propósito del voto. Esto significa que el objetivo para hacer el voto aún está vigente. Una vez que viola las condiciones mencionadas anteriormente, o termina el voto de la manera descrita en el capítulo 6 de Números, la persona regresa al estado anterior. En otras palabras, el propósito para lo cual hizo el voto ya no está vigente. Esto ciertamente no significa que el individuo ya no quiere estar cerca de Dios; sino más bien que el tiempo que se dedicó exclusivamente para Dios ha llegado a su fin.
Aunque no se menciona tiempo específico en el capítulo 6 de Números para la duración de este voto, con la excepción de Sansón, el judaísmo entendió que se trataba de un compromiso a corto plazo, es decir, menos de treinta días. Es importante que uno sepa que cuando el Nuevo Pacto habla de que Yeshua es un Nazareno, no se está refiriendo a este voto, sino a otra palabra hebrea, que se relaciona con la ciudad de Nazaret. Por lo tanto, el término en el Nuevo Pacto solo transmite la idea que Yeshua era de Nazaret. Este hecho también puede estar relacionado con una profecía concerniente a esta palabra y su significado en su forma verbal. Además de esto, en los idiomas bíblicos, la ciudad de Nazaret se deriva de una palabra que tiene un sonido “TZ” en lugar de un sonido “Z”. Por lo tanto, Yeshua no debería ser representado con cabello largo, como se ve frecuentemente en muchas representaciones de arte.
El mandamiento del voto Nazareo es un buen ejemplo de un mandamiento de la Torá que es imposible de mantener hoy sin el Templo, pero los creyentes podemos ciertamente aplicar la verdad de este voto de una manera espiritual.