Hoy estuve viendo fotos viejas con dos de nuestros hijos. Fue divertido mirar hacia atrás cuando los niños eran pequeños. Me recordó lo rápido que pasa el tiempo y que debemos usar el tiempo sabiamente.
Por supuesto, todos nos arrepentimos de cosas que hicimos o no hicimos. Necesitamos arrepentirnos de esos pecados que hemos cometido. O, perdonar esas cosas que se han cometiddo contra nosotros. Pero no podemos seguir viviendo en el pasado. Nada se puede cambiar. Como dijo sabiamente Pablo:
Filipenses 3:12-14, Reina-Valera 1909
“12. No que ya haya alcanzado, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si alcanzo aquello para lo cual fuí también alcanzado de Cristo Jesús. 13. Hermanos, yo mismo no hago cuenta de haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome á lo que está delante, 14. Prosigo al blanco, al premio de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús.”
Cuando no podemos seguir adelante debido al pasado, nos paralizamos y nos impedimos alcanzar y recibir todo lo que el Señ-r tiene para nosotros.
Este es un buen momento para considerar a qué eventos pasados, comportamientos, etc., nos aferramos y que nos impiden llegar a lo que está por venir. ¡Es posible que tengamos que pedirle perdón a alguien, o hacer una restitución si es posible, pero al final, tampoco debemos dejar que los pecados pasados (los nuestros o los de otros) nos pesen hasta donde no somos útiles para el Reino!
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