Escena callejera en Tel Aviv hoy.
Continuamos leyendo nuestra Torá esta semana con Parashá Noaj. Esta lectura es Génesis 6:9-11:32. Esta es una porción muy conocida del Antiguo Testamento, pero podemos seguir aprendiendo de ella.
A continuación, se presenta un breve comentario de Baruch:
Parashá Noaj (Noé)
En la escritura profética de esta semana, uno ve una transformación. De la misma manera que en la parte de la Torá hay un nuevo comienzo después del diluvio, la porción profética habla de un nuevo comienzo, es decir, el establecimiento del Reino de Di-s. El punto que hay que subrayar es cómo se enfatiza la tierra y el pueblo de Israel. Isaías habla de un cambio dramático que le va a suceder a Israel. Después de un largo período de exilio, y relativa falta de importancia, Israel va a volver como el foco del plan de Di-s. Durante este tiempo de exilio, Israel estuvo, por supuesto, triste y deprimida. Pero ahora, el profeta dice: “Canta, estalla en una canción alegre y sé jubilosa…” Isaías 54:1. Isaías utiliza la imagen de una mujer estéril que llora debido a su falta de hijos sólo para ser alegre porque al final, sus hijos son más numerosos que las mujeres fértiles. ¿Qué provocó esta transformación? Fue la fidelidad de Di-s el guardar el convenio con Su pueblo.
Esta escritura profética no es más que uno de los muchos ejemplos bíblicos de cómo en los últimos días Israel no se convertirá en una nación más pequeña (geográficamente) sino que Di-s ordena “ampliar el lugar de tu tienda, estirar las cortinas de tu vivienda…” Isaías 54:2. Isaías usa el mismo lenguaje que Moisés usó cuando Di-s habló con Jacob durante la visión de la escalera, “estalla hacia el sur y hacia el norte, porque tu descendencia heredará las naciones y reasentarán las ciudades desoladas.” Isaías 54:3. No creo que sea un accidente que (algunos en) la presente administración y las administraciones anteriores de la Casa Blanca, junto con las Naciones Unidas, estén vehementemente contra el movimiento de asentamientos de Israel. Este es un ejemplo perfecto de cómo los caminos de Di-s no son los caminos del hombre. Esta sección de Isaías habla de un mandato bíblico, hay una necesidad para que las antiguas ciudades de Israel sean reasentadas y habitadas antes del establecimiento del Reino de Di-s. Por lo tanto, no es de extrañar que los políticos del mundo se opongan firmemente a que estas ciudades sean restablecidas y pobladas de individuos judíos.
Esta oposición es paralela al mismo tipo de infiel que caracterizó a la gente del mundo durante los días de Noé. Muchos pueden pensar que esto es una simplificación excesiva, pero lo que estoy a punto de decirles es el mensaje principal de por qué los sabios vinculan este pasaje de Isaías con el relato de Noé y el diluvio. Aquellos que se opongan a los propósitos de Di-s con Israel en los últimos días serán barridos por un diluvio de Su ira y Di-s comenzará Su Reino con aquellos que respondieron a Su plan con la fe de Noé. Esta es la declaración que quiero que escuchen de mí en este blog: El mismo Espíritu que ofrece y permite aceptar el Evangelio de Yeshúa llevará a cabo el cumplimiento de los propósitos de Di-s con Israel. Para un creyente no ver las innumerables veces que Israel se estresa en las Escrituras relativas a los últimos días, y el plan final de Di-s es insondable.
Obviamente, uno no se salva por la buena teología con respecto a Israel, sino más bien aceptando el plan de salvación de Di-s que se centra en la muerte, la sepultura y la resurrección de Yeshúa. Es decir, Su muerte sacrificial por el pecado del hombre y Su resurrección atestiguando la victoria de la gracia de Di-s a través de la fe. Sin embargo, ¿no parece extraño que el mismo Espíritu que produce la regeneración sea tan silencioso con respecto al énfasis del ministerio de Yeshúa, es decir, el Reino? Mi punto es el siguiente: Los creyentes son llamados una y otra vez en las Escrituras a tener una mentalidad del Reino. ¿Cómo podría ser que uno tendría una mentalidad del Reino, pero ajeno a una parte integral y promesa de ese Reino?