Esta semana tenemos una lectura de una parashá doble. Es Vayakhel (Éxodo 35:1-38:20) y Pekudei (Éxodo 38:21-40:38). A continuación, un breve comentario de Baruch.
Parashá Vayakhel-Pekudei
En la porción de la Torá de esta semana, uno aprende sobre la construcción del Tabernáculo. Aunque todos fueron invitados a participar de alguna manera en la construcción del Tabernáculo, se lee en el parashá:
“Y vinieron todos los sabios los que hicieron toda la obra santa, cada uno de la obra que estaban haciendo”. Éxodo 36:4
Al leer este versículo por primera vez, me siento como si me hubieran dejado fuera de la construcción actual. Claro que podría haber hecho una donación, pero el hecho de que solo los “sabios” pudieran participar con sus manos en la construcción me dejaría fuera. Aunque así es como se puede leer el texto en inglés (o español), es necesario comprender el significado de la palabra hebrea “sabio”. A menudo, esta palabra no se refiere simplemente a la inteligencia, sino al conocimiento que se requiere para lograr algo. Por lo tanto, el texto no dice que solo las personas más inteligentes tienen un papel en la construcción del Tabernáculo; más bien, cada persona participó en las tareas que sabía hacer.
En otras palabras, la decisión de qué persona haría qué tarea no se basó simplemente en quién quería hacer qué; sino más bien, quién estaba mejor equipado para realizar las tareas individuales que debían realizarse. Cuando el servicio se decide en función del deseo de un individuo, en lugar de la idoneidad de una determinada persona para una asignación determinada, surgirán problemas.
El servicio a HaShem debe basarse en un llamado y un equipamiento. A veces, el equipamiento viene por medios sobrenaturales, es decir, el Espíritu Santo; pero otras veces el equipamiento viene por preparación durante un período de tiempo. Consideremos a David, por ejemplo. Él estaba equipado para derrotar a Goliat, no a través de años de entrenamiento como soldado, sino pastoreando las ovejas de su familia. Fue luchando contra león y oso que David aprendió las habilidades necesarias para llevar la victoria a los Hijos de Israel. David sabía que estaba llamado a la tarea de liberar a Israel y se sometió a ella, no para recibir honor, alimentando su orgullo, sino para servir al Di-s Viviente.
El relato en la porción de la Torá de esta semana es un excelente ejemplo de personas que se dan cuenta de a quién pueden servir y se someten a esa tarea, porque sabían que podían llevar a cabo la tarea, y no motivadas por algún deseo personal de logro.