La lectura de la Torá de esta semana es Jayei Sarah. El pasaje es Génesis 23:1-25:18. A continuación, un breve comentario de Baruch:
Parashá Jayei Sarah
En la porción de la Torá de esta semana, tanto Sara como Abraham mueren. Déjame decirte un secreto, tú también morirás algún día (si el Maestro no regresa primero). Es al final del parashá que el lector se entera de la muerte de Abraham. El texto dice:
“Y Abraham expiró y murió con buenas canas (modismo hebreo: a una edad madura) viejo y satisfecho y fue reunido a su pueblo”. Génesis 25:8
La palabra que traduje “viejo” puede significar un “anciano”. En otras palabras, el énfasis de esta palabra puede no ser simplemente su edad, ya que la frase anterior se refiere a esto. La intención de esta palabra puede ser informar al lector que Abraham vivió muchos años y usó este tiempo para crear para sí mismo una buena reputación. La idea aquí es que vivió de una manera que se ganó el respeto de la gente y una posición de autoridad. La siguiente palabra en el texto es “satisfecho”. Es muy importante que Abraham no estuviera satisfecho con las cosas que había acumulado, sino con el nombre que construyó para sí mismo.
Si murieras hoy, ¿podrías decir que estás satisfecho con tu vida? Si es así, ¿qué causa esta satisfacción? Fue porque Abraham fue un ejemplo apropiado para su hijo Isaac que uno lee un par de versículos más tarde que HaShem bendijo a Isaac (véase el versículo 11). ¿Qué estás impartiendo a la próxima generación? Puedes dejar una gran herencia financiera, pero este no es el criterio para que tus hijos o personas cercanas a ti encuentren la bendición del Señ-r. Finalmente, es muy revelador que, si uno lee el versículo 8 cuidadosamente, primero dice que Abraham muere, y después que estuvo satisfecho. Eso significa que su satisfacción no se basó en una perspectiva terrenal, sino que fue después de su muerte y pudo ver las cosas desde una perspectiva celestial, que se sintió satisfecho con su vida. Este debería ser el deseo de cada uno de nosotros: mirar hacia atrás después de la muerte, cuando veamos las cosas desde el punto de vista de HaShem (Ver 1 Corintios 13:12) y estar complacidos con la forma en que vivimos y las decisiones que tomamos. No fue una cuestión de suerte lo que causó que Abraham lograra esto, porque uno lee en varios lugares que
“levantó los ojos”. Este es también un modismo hebreo que se refiere a buscar la voluntad de Di-s. Hoy en día, es a través de la oración y las Escrituras que HaShem se comunica con Su pueblo. El hombre necio no conocerá la satisfacción después de la muerte, porque no consulta al Señ-r con un espíritu humilde y sumiso, dispuesto a escuchar y obedecer.