1 Juan 3:1-3
Comenzamos esta semana con una sección muy corta.
Cuando miramos los dos grandes mandamientos, los dos que caracterizan toda la Ley (Mateo 22:36-40), se destaca el amor. La Ley no puede hacernos justos, pero define lo que es la justicia y la injusticia. Las dos características principales de la Ley son el amor y la justicia.
v1: Mirad: Percibir o comprender para llegar a una conclusión adecuada, basada en la evidencia.
- Mirad cuál amor: El amor que nos ha dado el Padre es un amor único.
- Padre: Di-s. Juan habla aquí de Di-s como nuestro Padre: un padre da, un padre provee, un padre es responsable de… Lo que se enfatiza aquí es que Di-s es la fuente de nuestra provisión.
- Nos ha dado: La construcción gramatical de esta frase en griego (el tiempo perfecto) nos informa que este amor de Di-s fue una obra que se hizo en el pasado, pero las implicaciones siguen siendo verdaderas hoy y continuarán en el futuro. . Una vez que hayamos recibido el amor de Di-s (y solo podemos recibir este amor a través del Mesías Yeshúa) no se apartará de nosotros.
- Llamados hijos de Di-s: Recibir el amor de Di-s hace que nos convirtamos en Sus hijos.
- Hijos: Esta palabra para ‘hijos’ implica una relación. También proporciona al lector un contexto de cariño. Di-s no solo nos ama, sino que también tiene un gran afecto por nosotros.
- El mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él: El mundo falló en percibir quién era el Mesías y por eso lo rechazaron. De la misma manera no entienden quiénes somos (como creyentes). Hay una desconexión entre los creyentes y el mundo. El mundo no nos entiende, no nos valora y tampoco valora lo que Di-s está haciendo en nuestras vidas. Esta desconexión va a llevar al mundo a sentir una gran ira y odio hacia los creyentes. Hará que vengan contra nosotros, y aún más a medida que nos acercamos al final de esta era.
v2: Amados: Porque somos los recipientes del amor de Di-s somos amados.
- Ahora somos hijos de Di-s: Esta es una declaración declarativa, y subraya o enfatiza nuestra identidad – quiénes somos. ¡Somos hijos de Di-s!
- Aún no se ha manifestado: Todavía no podemos comprender o apreciar lo que este amor de Di-s nos está brindando en última instancia.
- Seremos semejantes a Él: Esto NO significa que vamos a ser divinos o que vamos a estar al mismo nivel que Yeshúa. Sin embargo, vamos a reflejar Su gloria. No emitimos gloria (como Él), sino que la reflejaremos. Como en un espejo: Él es la verdadera imagen, nosotros somos el reflejo. Cuando Yeshúa se transfiguró en el monte (Mateo 17:1-8) Él emitió la gloria del Padre desde dentro de Sí Mismo – Él no reflejó la gloria de Di-s, pero Él la emitió.
- Le veremos tal como Él es: Vamos a tener conocimiento de quién es Él, cómo es Él, cuáles son las implicaciones de que Él sea el Hijo de Di-s, etc. Este conocimiento nos cambia.
v3: Todo aquel: Tener esta esperanza no es único. Debería ser normal para cada creyente.
- Esta esperanza: La esperanza de lo que vamos a ser, así como la esperanza de dónde vamos a estar por la eternidad (nuestro futuro hogar eterno y nuestro futuro estado eterno de ser como Él).
- En Él: Esta esperanza está fundada en Yeshúa.
- Así como Él es puro: Este pasaje de la Escritura enfatiza que lo que Yeshúa es, nosotros estamos llamados a ser. Debemos llegar a ser como Yeshúa – Suya es la identidad que necesitamos manifestar (1 Corintios 11:1).
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