Porción de la Torá: Yitro (Jetro)
Lectura de la Torá: Exodo 18:1-20:23
Lectura Profética: Isaias 6:1-13 (ó 6:1-7:6, 9:6-7)
“Los Creyentes Necesitan Establecer la Justicia y la Rectitud”
En la lectura de la Torá de esta semana, los Hijos de Israel reciben los Diez Mandamientos. En la lectura de los profetas, uno aprende de la identidad del Mesías. Estos dos temas están inherentemente relacionados. Los Diez Mandamientos representan la Torá y uno de los principales propósitos de la Torá es revelar el carácter del Mesías.
En la sección final de la Haftará se lee la famosa profecía mesiánica,
“Porque un Niño nos es nacido, un Hijo nos es dado, y el principado sobre sus hombros; y se llamará Su nombre ‘Maravilloso Consejero, Di-s Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz’. Porque la multiplicación de su imperio y la paz no tendrán fin, sobre el trono de David y sobre su reino, con el propósito de afirmarlo y sustentarlo con justicia y justicia desde ahora y para siempre, el celo del Señ-r de Los Ejércitos logrará esto.” Isaias 9:5-6
En esta profecía, el nombre hebreo del Mesías (en realidad, hay varios nombres para el Mesías en este pasaje como Admirable, Consejero, Príncipe de Paz) contiene ocho palabras hebreas. Según la numerología bíblica, el número ocho refleja las ideas “novedad”, “reino” y “redención”. Estas ideas están claramente reflejadas en la Persona y obra del Mesías Yeshúa. Él vino a darnos nueva vida, Él es el único camino hacia el Reino y estos dos dones solo se logran a través de Su obra de redención.
Es importante ver que esta profecía del Mesías viene dentro del contexto de una victoria sobre los enemigos de Israel. Esto también refleja lo que Yeshua hará cuando regrese para establecer Su Reino. Él hará la guerra contra aquellos que se opongan a Su Reino. Hoy es muy fácil ver que el mundo está cambiando y moviéndose más y más en contra de los dos principios que esta profecía declara que caracterizarán Su Reino: justicia y rectitud.
Nosotros, como discípulos del Mesías, estamos llamados a ser constructores del Reino; es decir, servir al Mesías trabajando para establecer la justicia y la rectitud en los lugares donde vivimos y trabajamos. En otras palabras, uno necesita abrir los ojos y buscar situaciones en las que se está produciendo una injusticia y trabajar para cambiar estas situaciones estableciendo la justicia y la rectitud. Exige que uno se involucre. La mayoría de las veces, tendemos a preferir simplemente ignorar o criticar estas cosas desde la distancia. Sin embargo, como el Mesías viene a lidiar con la injusticia y la impiedad en el mundo, Él quiere que nosotros estemos haciendo este mismo trabajo ahora. Es fácil decir: “Esto no es asunto mío o la gente pensará que me estoy entrometiendo”, pero debemos recordar que somos los hijos del Rey que heredarán el mundo. Es asunto nuestro oponernos a aquellas cosas que infringen los principios del Reino. No involucrarse y simplemente ignorar estas cosas es en realidad lo que quiere el enemigo.
Permite que el celo del Señ-r obre en tu vida y te lleve a involucrarte y ser sal de la tierra y luz del mundo.