Romanos 10:9-14
En el idioma hebreo, la palabra para ‘fe’ viene de la misma raíz que la palabra para ‘verdad’. La fe no es solo creer cualquier cosa, sino creer la verdad de Di-s. Cuando Pablo usa la palabra ‘fe’, está hablando de la verdad, específicamente la verdad acerca del Evangelio.
v9: Confesares con tu boca: Pablo ahora comienza a enseñarnos cómo podemos responder apropiadamente al Evangelio – las Buenas Nuevas de cómo Di-s nos ha redimido del pecado. El Evangelio se enfoca en la persona y la obra realizada por el Señ-r Mesías Yeshúa (quién es Él y qué hizo Él). La palabra ‘Evangelio’ en hebreo proviene de la misma raíz que la palabra ‘carne’. Así es como Di-s obró la redención para nosotros: siendo totalmente Di-s, Yeshúa tomó carne humana (la encarnación) para poder, como un Cordero sin mancha, pagar y quitar nuestros pecados. Creer (a través de la fe) en Yeshúa, y en la obra que Él ha hecho por nosotros, es la ÚNICA manera en que podemos encontrar el perdón de nuestros pecados y ser declarados justos ante los ojos de Di-s.
- Señ-r: Necesitamos también reconocer que Yeshúa es nuestro Señ-r. Él tiene autoridad sobre nosotros. Parte de la fe es reconocer Su Señorío.
- Corazón: El corazón, bíblicamente, tiene que ver con nuestros pensamientos. Confesar con nuestra boca y creer en nuestro corazón significa que debemos estar de acuerdo con lo que Di-s ha hecho. Creer implica someterse y reconocer lo que Yeshúa ha hecho como verdad.
- Di-s: Esto se refiere a Di-s el Padre.
- Le: Refiriéndose al Mesías Yeshúa.
- Di-s le levantó: Yeshúa, aunque tenía el poder de resucitarse a sí mismo de entre los muertos, no se resucitó a sí mismo. Di-s el Padre lo resucitó de entre los muertos. Incluso en la muerte, Yeshúa se sometió por completo a la voluntad de Su Padre.
- Levantó de los muertos: Refiriéndose a la resurrección.
- Serás salvo: Esto está escrito en pasiva. Esto significa que no podemos salvarnos a nosotros mismos, pero fue Di-s quien nos respondió (y Él nos salvó) cuando estuvimos de acuerdo con Su verdad.
v10: Justicia… salvación: El énfasis de este versículo es que hay una relación entre la justicia y la salvación. El Mesías, con Su justicia perfecta, pagó el precio para que la justicia nos sea imputada. Es mediada para nosotros, no por las obras de la Ley sino, por la fe. Cuando creemos y confesamos, el resultado de Su obra de justicia es nuestra salvación. Una vez que seamos salvos, por la gracia de Di-s, estaremos comprometidos a vivir con rectitud.
v11: La Escritura dice: Citado de Isaias 28:16 (ver 1 Pedro 2:6).
- Creyere: No somos salvos por buenas obras, sino por creer en el Mesías. Sin embargo, una vez que somos salvos, queremos comportarnos con rectitud, es decir, hacer buenas obras.
- No será avergonzado: Un gran beneficio del Evangelio es que podemos estar seguros de que, ante Di-s, no experimentaremos vergüenza. La justicia no tiene nada que ver con nosotros, pero tiene todo que ver con la suficiencia y perfección de la obra del Mesías, lo que Él hizo. Hemos sido declarados justos, como la justicia del Mesías nos fue imputada, acreditada a nosotros, en el momento en que creímos. Cuando Di-s el Padre nos mira (a los que creen) Él ve la justicia de Su Hijo.
v12: No hay diferencia: Esta promesa de salvación y justicia está disponible para TODOS los que creen, judíos o gentiles.
- Griego: Refiriéndose a los gentiles.
v13: Aquel que invocare…: Citado de Joel 2:32.
- Invocare el nombre del Señ-r: Hay un solo Nombre al que podemos invocar para recibir la salvación: el Nombre del Señ-r Mesías Yeshúa. Este es el fundamento del Plan de Salvación de Di-s.
v14: ¿Cómo, pues, invocarán… cómo creerán? Hay un problema. Es una necesidad llamar y creer, pero ¿cómo puede la gente hacer esto si no ha oído hablar de Yeshúa? ¿Cómo pueden responderle y creer en Él si no saben acerca de Él?
- Predique: Predicar es transmitir con sinceridad y precisión la verdad de la Palabra de Di-s, Su revelación, a la gente. Solo cuando las personas entran en contacto con la verdad de Di-s son capaces de responder a ella y experimentar una vida nueva. No importa quiénes somos, si conocemos el Evangelio, hemos sido llamados a compartirlo con los demás.