Nuestra próxima lectura es Hebreos 3:13-19
v13: Hoy: Esta palabra se relaciona con lo que leemos en Hebreos 3:7-8. Los antepasados, en rebelión, endurecieron sus corazones en el desierto. Hoy necesitamos animarnos diariamente unos a otros a escuchar y obedecer a Di-s, para que nuestros corazones no se endurezcan con el pecado.
En los últimos días van a haber señales y prodigios en los cielos, y todos estos van a ser definidos proféticamente (p. ej., en Joel 2:31 habla del sol oscureciéndose y la luna roja como la sangre. Cuando veamos suceder esto, sabremos que la ira de Di-s está por caer y que el Arrebatamiento es inminente, esta será la última oportunidad de confesar al Mesías y recibir la salvación antes de que estas cosas sucedan, sin embargo, para muchos será demasiado tarde. La oportunidad de arrepentirse es hoy.
Cuando no respondemos a Di-s, día tras día, nuestros corazones se vuelven más duros y se vuelve cada vez más difícil responderle correctamente. Decimos ‘no’ a Di-s porque decimos ‘sí’ al pecado. Cuando nos aferramos al pecado y actuamos de acuerdo con este, tiene consecuencias adversas para nosotros. El pecado hace que nuestros corazones se preparen y fortalezcan para el engaño, hasta el punto en que no vemos la necesidad de Di-s en nuestras vidas.
v14: Somos hecho partícipes del Mesías: Hemos oído y respondido obedientemente.
- Confianza: Seguridad. Tener seguridad es fundamental para nuestra fe.
- Firme hasta el fin el principio: Desde elprincipio de nuestra confesión hasta el final debemos mantenerla firme, segura.
v16: (Ellos) habiendo oído: Di-s fue fiel en revelar al pueblo Su verdad, Su voluntad y Sus expectativas. Todos sabían y entendían lo que Di-s requería de ellos.
- Le provocaron: Pero ellos se rebelaron y, en su rebelión, lo provocaron. Di-s, por ser quien es, tuvo que juzgarlos. De este grupo, solo Josué y Caleb lograron llegar a la tierra prometida. Muchas de las personas que salieron de Egipto no lo hicieron principalmente con el propósito de una verdadera redención. Vinieron a la congregación por una razón diferente. En el éxodo no fue solo Faraón quien envió a los hebreos. Los mismos egipcios también los echaron de Egipto. No querían que ninguno de los hebreos, que todavía estaban vivos, estuviera allí. Muchos de los que salieron no salieron por Moisés, es decir, por medio de Moisés, guardando la Pascua. No querían adorar a Di-s y no estaban en el grupo debido a la fidelidad. Muchos fueron expulsados o no les gustaron los sufrimientos que tuvieron que soportar en Egipto. Cuando llegaron al desierto no les gustaron los mandamientos de Di-s. Descubrieron lo que Di-s quería que hicieran y dijeron: “No, gracias”. Oyeron su voz, pero se rebelaron contra ella. Querían vivir de acuerdo con sus propios caminos.
v17: Como pueblo del Nuevo Testamento, al leer las verdades del Antiguo Testamento, nos damos cuenta de la fidelidad de Di-s al advertirnos que no seamos como estas personas. A través de los relatos de su rebelión, podemos aprender cómo responder correctamente a la Palabra de Di-s y así no tener que experimentar el juicio que cayó sobre ellos.
v18: Juró: Di-s hizo una promesa. El pueblo infiel murió en el desierto. Es solo por la fidelidad que entramos en el descanso de Di-s (Su Reino).
- Aquellos que no obedecieron: También puede traducirse como aquellos que fueron ‘infieles’.Somos salvos por fe, por gracia, y no somos salvos por nuestra obediencia. Sin embargo, si decimos que pertenecemos a Di-s, seremos obedientes. La desobediencia constante da evidencia del hecho de que no somos Su pueblo fiel, hemos creído un mensaje falso y no creemos verdaderamente en Di-s. La desobediencia es evidencia de falta de fe.
v19: Incredulidad: La gente es desobediente debido a la falta de fe. La infidelidad es cuando sabemos lo que debemos hacer. Di-s nos está hablando espiritualmente, pero decimos: “No” y nos rebelamos. Esta falta de fe, para hacer lo que Di-s nos ha pedido, se manifiesta en desobediencia. La falta de obediencia, siempre en desacuerdo con Di-s y rechazando Su voluntad, porque queremos hacer otra cosa, nuestra propia voluntad, es evidencia de que no le pertenecemos verdaderamente.
Cuando nos rendimos y decimos “Sí” a Di-s, se demuestra obediencia. Habiendo sido salvos y habiendo recibido el Espíritu Santo, la fe va a obrar en nuestras vidas para producir obediencia.