1 Juan 1:5-10
v5: El mensaje: Este mensaje (que Di-s es luz y en Él no hay obscuridad) es el vehículo que trae la Presencia de Di-s a nuestras vidas.
- Nosotros (entendido y omitido en español): Juan y algunos hermanos creyentes con él.
- Hemos oído… anunciamos: Están compartiendo lo que han oído con aquellos que nunca han conocido personalmente a Yeshúa.
- Di-s es luz: Parte de la terminología que Juan ha usado en este libro ha sido tomada del libro de Génesis (p. ej., desde el principio, luz, etc.). En el relato de la creación, inicialmente no se podía ver el propósito de la creación. Fue solo cuando el Espíritu de Di-s comenzó a moverse, y cuando Di-s comenzó a hablar, que su propósito se volvió claro. De la misma manera: como creyentes nos convertimos en nuevas criaturas en el Mesías (2 Corintios 5:17). La Palabra de Di-s y el Espíritu de Di-s trabajan juntos en nuestras vidas para poner orden en ellas. Abandonados a nosotros mismos, nuestras vidas serían un caos. Estaríamos persiguiendo cosas que no tenían ningún valor. No pensaríamos correctamente, ni tendríamos revelación, estaríamos en tinieblas.
- No hay ningunas tinieblas en Él: La oscuridad está en desacuerdo con el carácter de Di-s. La oscuridad habla de confusión, falta de comprensión y falta de percepción. En la oscuridad, nada se puede saber. Di-s ha venido, a través de la obra de Su Hijo, para que podamos conocer la verdad de Di-s y recibir Su revelación. Es solo a través de la luz de Di-s (la fuente de todo lo que es bueno) que nuestras vidas pueden volverse ordenadas y agradables a Di-s – “bueno” (Génesis 1:4).
v6: Si decimos que tenemos comunión con Él: Uno de los poderes más grandes que Di-s ha dado a los seres humanos es el poder de elegir. Cuando decidimos servir a Di-s (estar en comunión con Él), entonces no vamos a estar en la obscuridad. Cuando invitamos a Di-s a nuestras vidas, (Romanos 10:9-10), Él comienza a darnos revelación (para revelarnos Su verdad) para que podamos servirle apropiadamente. No seríamos capaces de servirle sin que Su verdad nos permitiera hacerlo.
- Mentimos … verdad: En la vida hay o lo que es verdadero o lo que es falso. No hay áreas grises, ni término medio, entre los dos. Si algo no es cierto, entonces es falso, y viceversa. Es solo a través de la revelación de la Palabra de Di-s que podemos saber qué es la verdad. La verdad, cuando se recibe, produce un cambio piadoso en nuestras vidas. Este cambio conduce a la alegría eterna, dando significado y satisfacción a nuestras vidas.
v7: Luz: Tiene que ver con revelación o verdad.
- Si andamos en luz… tenemos comunión: Teniendo comunión con otros depende de que caminemos en la luz – como Él (Yeshúa) está en la luz.
- Sangre: La mención de ‘sangre’ coloca este versículo dentro del contexto de la redención. El Mesías vino como el Redentor (Mateo 20:28). No hay otra fuente de redención excepto a través de la sangre de Yeshúa. No podemos tener comunión con Di-s el Padre, o verdadera comunión unos con otros, a menos que hayamos sido redimidos (y limpiados) por la sangre de Yeshúa.
- Nos limpia de todo pecado: Este versículo nos da seguridad de que la sangre del Mesías nos limpia – de todo tipo de pecado que hemos cometido (Salmo 103:3). Una vez que hemos sido redimidos, podemos tener la seguridad de que somos parte de la familia de Di-s para siempre.
v8: Pecado: Todos los seres humanos son físicamente muy diferentes entre sí (diferente color de piel y cabello, diferentes características, etc.). Sin embargo, espiritualmente, antes de la redención, todos somos iguales: todos pecamos, todos caminamos en la obscuridad, todos estamos perdidos.
- Nos engañamos a nosotros mismos: Si pensamos que no tenemos pecado, entonces estamos viviendo en el engaño. Todo ser humano tiene necesidad de redención. Todos necesitamos ser limpiados de nuestros pecados.
- La verdad no está en nosotros: Estamos en tinieblas espirituales.
v9: Fiel y Justo: Su fidelidad producirá justicia a nuestro favor, es decir, la limpieza de nuestros pecados.
- Limpiarnos: No solo son perdonados nuestros pecados, sino que también son lavados de nosotros. Este perdón y limpieza de nuestros pecados (a través de la sangre de Yeshúa) nos hace justos ante Di-s. Hay una conexión entre los justos y el Reino de Di-s (Mateo 6:33). Cuando somos perdonados y limpiados, somos puestos en una posición, una condición del Reino, por la cual somos declarados aptos para el Reino de Di-s. Nos convertimos en personas del Reino y somos llamados a expresar o demostrar un carácter del Reino.
v10: Le hacemos a Él mentiroso: ¿Por qué? Porque todos pecaron y están destituidos de la gloria de Di-s (Romanos 3:23). Yeshúa vino para proclamar el perdón de los pecados, para transformarnos y convertirnos en nuevas criaturas. Necesitamos nacer de nuevo, ser hechos nuevos, porque el pecado trajo la muerte, destruyendo lo que deberíamos haber sido.
Sin la intervención de Di-s (enviando a Yeshúa a este mundo para morir por nosotros), estaríamos perdidos por toda la eternidad, ya que el pecado nos separa de Di-s (Isaías 59:2). Si decimos que no tenemos necesidad de perdón o limpieza, ya que afirmamos (falsamente) que no tenemos pecado, entonces hacemos que Di-s sea un mentiroso, ya que Él ha dicho que todos hemos pecado y necesitamos redención.
- Su palabra no está en nosotros: Juan concluye este capítulo revelándonos cuán importante es la verdad (la Palabra de Di-s). Es fundamental. Es sólo a través de la verdad que vamos a recibir luz (revelación o iluminación). La revelación nos lleva al plan de salvación de Di-s: el mensaje del evangelio. Es solo a través de esta experiencia de salvación (que viene a través de la obra de la redención) que podemos experimentar la vida, no solo la vida en este mundo, sino también la vida por el resto de la eternidad (vida eterna).