Nuestra próxima porción será Hebreos 2:10-18
v10: Convenía a Aquel: Yeshúa caminó rectamente (perfectamente) y en obediencia al carácter y voluntad (leyes) de Di-s.
- Por cuya causa son todas las cosas: El Mesías es el heredero de todo; todo le pertenece.
- Por quien todas las cosas subsisten: Todas las cosas son por su causa. Él hizo todas las cosas. Todas las cosas son para Él y, porque Él creó todas las cosas, quiso redimirlas. La única forma en que Él pudo hacer esto fue a través de la cruz.
- Habiendo de llevar muchos hijos a la gloria: ‘Hijos’ se relaciona con herederos: hombres y mujeres heredarán y reflejarán la gloria de Di-s.
- Autor de la salvación de ellos: Él lo logra. Él lo define. Él lo controla: la salvación le pertenece a Él.
- Perfeccionase por aflicciones: Esto no implica que antes de Su sufrimiento Él era imperfecto o le faltaba algo. Siendo perfecto en todo, se anonadó a sí mismo y se hizo hombre (Filipenses 2:6-8). Como hombre, demostró la perfección mediante el sufrimiento. El Mesías estaba completamente comprometido con la voluntad y los objetivos de Di-s, como también deberíamos estarlo nosotros. Si somos personas que queremos la voluntad, los planes y los propósitos de Di-s en nuestras vidas, debemos darnos cuenta de que también vamos a sufrir. Servir a Di-s es una experiencia dolorosa. Pablo se gloriaba en los sufrimientos del Mesías (Romanos 5:3-5). Cuando sufrió persecución, por los propósitos de Di-s, el resultado de eso fue la intimidad con el Mesías (Filipenses 3:10). Pablo enfatiza esta intimidad más que el sufrimiento. El sufrimiento terminará, pero esa intimidad permanecerá. El sufrimiento nos hace crecer en nuestro entendimiento, así como en nuestra relación con Di-s.
v11: El que santifica: Refiriéndose al Mesías.
- Los que son santificados: Nosotros.
- No se avergüenza de llamarlos hermanos: El autor de Hebreos nos enseña una verdad y luego respalda consistentemente, bíblicamente (es decir, del Tanakh), lo que acaba de revelar. Esto se cita del Salmos 22:22. El Mesías hizo lo que hizo para llevarnos a Su familia, la familia de Di-s.
v12: El Mesías fue a la cruz y nos trajo a Su familia, para que podamos conocer el nombre de Di-s y que podamos tener intimidad con Él. Vamos a experimentar el carácter y la personalidad de Di-s.
- En medio de la congregación, te alabaré: Vamos a conocer el nombre de Di-s, y también lo vamos a adorar. La adoración produce una transformación en nuestras vidas. Solo podemos adorar a quien conocemos, a quien hemos experimentado. Solo a través del Mesías será posible adorar y conocer a Di-s.
v13: De nuevo: Esto significa en otro lugar de las Escrituras.
- Yo confiaré en Él: Esto se encuentra en Isaías 8:17.Esta profecía llegó en un momento de la historia de Israel cuando Acaz era rey. Acaz se negó a creer o confiar en Di-s. Para confirmar la profecía de la venida de Emanuel, nacido de una virgen y trayendo salvación o redención, como está profetizado en Isaías 7:14-16, a Isaías le nacieron dos hijos. Uno se llamaba Shear-Jashub, lo que significa que el remanente regresará (Isaías 7:3). El otro se llamaba Maher-Shalal-Hash-Baz, que significa: pronto vendrá el despojo y pronto se acercará el despojo (Isaías 8:3).
- Yo y los hijos que Di-s me dió: Esta Escritura se encuentra en Isaías 8:18 y se refiere a Isaías y sus dos hijos, quienes eran una señal y símbolo de lo que estaba por venir. Di-s proporcionó el mensaje de esperanza, a través del primer hijo de Isaías (“el remanente volverá”), antes de revelar que había saqueo y derrota en el horizonte. Fue solo algún tiempo después de la derrota que el remanente regresaría del exilio. Asiria vino y tomó esas tribus del reino del Norte y las arrojó al exilio. Babilonia vino y arrojó a Judá al exilio, pero luego fueron devueltos a la tierra nuevamente, como Di-s lo había prometido. El remanente final regresará cuando el Mesías regrese para reunir a los exiliados, al final de la era. Lo que el autor nos está enseñando es esto: la profecía de Isaías, confirmada a través de sus dos hijos, se cumplió y se puede creer. De la misma manera, lo que el autor nos está enseñando sobre el Mesías es cierto y se puede creer.
v14: Los hijos: Hablando de los dos hijos de Isaías. Para cumplir la profecía (hablada en el versículo anterior) esos dos niños se hicieron de carne y hueso.
- Él también participó de lo mismo: Al igual que ellos, el Mesías también se hizo carne y sangre. Lo hizo para cumplir la promesa que Di-s había hecho, a saber, que la muerte (pecado) sería destruida. La única forma de que eso sucediera era que el Mesías, a través de Su muerte, derrotara a la muerte (y al que tenía la muerte, es decir, el diablo) mediante Su resurrección de ella. El Mesías ahora tiene las llaves de la muerte y el Hades (Apocalipsis 1:18)
v15: La muerte es temporal. Morimos, lo que significa que nuestras vidas en la Tierra son temporales. Para muchas personas existe la presión de encontrar satisfacción antes de la muerte. Hay, por lo tanto, una tendencia a enfatizar la muerte y lo limitada que es esta vida. Muchas personas no tendrán fe en la vida después de la muerte y, por lo tanto, estarán esclavizadas por el pecado porque están enfocadas en vivir sus “buenas vidas” ahora antes de morir. Esta es una manera incorrecta de pensar.
Esta vida es en realidad solo una transición para un nuevo comienzo, una nueva existencia. Cuando tenemos una perspectiva del Reino, sabemos que tenemos vida eterna y, por lo tanto, la vida no es temporal. Sin esta esperanza del Reino, nosotros también viviríamos en la esclavitud del pecado y seguiríamos volviendo a las cosas de este mundo.
O seremos personas con mentalidad del Reino, produciendo justicia, o seremos de mentalidad terrenal, lo que lleva al pecado y la muerte (Romanos 6:23).
v16: La simiente de Abraham: El Mesías se hizo hombre. La simiente de Abraham está relacionada con el Mesías (Gálatas 3:16). El Mesías se hizo hombre, tomó carne humana, para que el pacto que Di-s hizo con Abraham, de que todas las familias de la tierra (potencialmente) serían bendecidas (Génesis 12:3), pudiera realizarse.
v17: Los sumos sacerdotes, de la tribu de Leví, ofrecían la sangre de toros o de corderos por los pecados del pueblo. Esta sangre produjo la expiación, lo que significa que cubrió el pecado temporalmente pero no fue suficiente para eliminarlo de forma permanente.
- Misericordioso y fiel Sumo Sacerdote: El Mesías es un Sumo Sacerdote de un origen diferente – no del sacerdocio de Aarón, sino del sacerdocio de Melquisedec. Melquisedec significa ‘mi Rey es justo’. Isaías 9:7 y Mateo 6:33 nos revelan que el Reino Eterno del Mesías está fundado en la justicia.
- Para expiar los pecados del pueblo: Esta palabra, propiciación, no habla solo de cubrir el pecado (expiación) sino de remover, borrar ese pecado. Para que se lograra la propiciación, se tenía que usar una sangre diferente, y esta era la sangre del Mesías. El Mesías usó Su propia sangre, no la sangre de ovejas, cabras y toros. Su sangre, como Sumo Sacerdote fiel y misericordioso, tiene el poder de quitar eternamente cualquier efecto del pecado. Él trata con nuestros pecados perfectamente para que no permanezcan más. Di-s miró la sangre del Mesías y fue suficiente para la redención eterna. Es esta redención la que nos da la vida eterna.