Comenzamos esta semana repasando Josué 7:13-19
Romanos 6:23 nos dice que la paga del pecado es la muerte. Aquellos que nunca aceptan a Yeshúa como su Señ-r y Salvador serán juzgados por su pecado, y el castigo por su pecado es la separación eterna de Di-s.
Cuando creemos en Yeshúa como nuestro Señ-r y Salvador, nuestro pecado es perdonado por medio de la sangre de Yeshúa, y ya no nos separa, eternamente, de Di-s. Sin embargo, aun como creyentes, seguimos pecando.
Los creyentes, llenos del Espíritu Santo, estamos llamados a ser personas espiritualmente sensibles. Esto significa que debemos entender nuestra situación espiritual: cómo afrontar radicalmente el pecado (después de la salvación) en nuestras vidas, ya que no hacerlo puede llevarnos a consecuencias desastrosas en lo natural. El pecado en la vida de un creyente conduce a la humillación y le da al enemigo poder sobre nosotros para derrotarnos y que no podamos funcionar de manera espiritualmente exitosa. Una de las principales razones por las que podemos estar luchando en nuestras vidas y no vivir en la plenitud de Di-s es el pecado.
v13: Santifica: La santificación implica santidad (cumplir los propósitos de Di-s), pero, ante todo, implica un cambio/alteración. Di-s quería que el pueblo cambiara de la condición en la que se encontraba.
- Mañana: El pueblo tenía que prepararse (con antelación) para un acontecimiento futuro. La santificación nos prepara para lo que Di-s quiere hacer en el futuro. Di-s podría haber hecho esta obra en el pasado, pero el pecado no lo permitió. Esto no significa que el pecado tenga más poder que Di-s. Di-s, en la mayoría de los casos, elige trabajar dentro de los parámetros de las leyes espirituales/naturales que se han establecido. Di-s está por encima de estas leyes, pero elige funcionar dentro de ellas.
- Anatema hay en medio de ti: Di-s deseaba que los hijos de Israel no se comportaran como las naciones, aferrándose a ídolos sin valor/las cosas de este mundo. Él quería que fueran un pueblo único, que buscara en Él la provisión de sus necesidades. Él no quería que codiciaran las cosas de este mundo. En muchos casos, Di-s les exigió que destruyeran por completo las cosas que el mundo valora. El objetivo de los hijos de Di-s no debe ser obtener riquezas. Nuestro objetivo más alto debe ser vivir una vida en obediencia a Di-s.
- No podrás hacer frente a tus enemigos, hasta que hayáis quitado el anatema de en medio de vosotros: Una nación entera se encontraba en una situación espiritual comprometida y sufría por el pecado de un hombre. No es sólo la persona que ha pecado la que sufre. El pecado también puede afectar negativamente a los que son inocentes de ese pecado. Si no se aborda el pecado, dentro de una comunidad creyente, puede conducir al empoderamiento del enemigo sobre el pueblo de Di-s, sobre los que son inocentes y culpables.
v14: Mañana: Palabra que nos recuerda la revelación, la iluminación.
- Tomare: La palabra que se utiliza aquí es una palabra que significa capturar. Generalmente se la considera un término militar: tomar rehenes, tomar prisioneros.
Nota: Aquí se alude a la guerra espiritual. El pecado nos toma como rehenes y permite que nuestro enemigo nos controle o nos gobierne.
- La tribu que el Señ-r tomare: La tribu que el Señ-r ‘ captura’ es la tribu que está marcada como la tribu culpable.
v15: Sorprendido en el anatema: Despreciable. Lo que es repugnante. La palabra que se usa aquí se usa generalmente para referirse a un animal que está muerto y su cadáver ha estado allí por un tiempo y ha comenzado el proceso de descomposición. Se ve y huele repugnante. Esto es lo que Di-s está diciendo con respecto al pecado y la desobediencia. Cuando somos movidos por los deseos carnales, en lugar de por el Espíritu de Di-s, es algo que es repugnante y repulsivo a los ojos de Di-s.
v16: Nota: Di-s tenía (tiene) una estrategia para exponer el pecado. Di-s no tolera ni ignora el pecado. El pecado tiene un efecto adverso en la vida de su pueblo, por lo que Él trabaja para exponer el pecado siempre que esté presente entre Su pueblo para que pueda ser tratado adecuadamente. El pecado nunca desaparece por sí solo. Tiene que ser tratado. Si no se trata, comienza a enconarse y finalmente conduce a la humillación y la derrota. En última instancia, si no se trata, el pecado conduce a la muerte (Romanos 6:23).
v18: Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá: Di-s señala el pecado, llegando directamente a la fuente del problema.
v19: Hijo mío, da gloria: Josué no le habla a Acán por enojo, sino que le habla con compasión.
- Declárame ahora lo que has hecho: Josué sabe que Acán es culpable de este pecado que ha afectado a toda la nación de Israel. Confesar nuestros pecados (antes y después de la salvación) es muy importante que lo hagamos. En 1 Juan 1:9 se nos dice que, si confesamos nuestros pecados, Di-s es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de nuestra maldad.
- No me lo encubras: Nunca es prudente ocultar nuestro pecado. Es mejor sacarlo a la luz para que podamos tratarlo con prontitud y corrección (Santiago 5:16). No podremos cumplir los propósitos de Di-s para nuestras vidas si nos aferramos al pecado en nuestras vidas.