¡Shabbat Shalom! Parashá Yitró

En el parashá de esta semana se leen los Diez Mandamientos. El primer mandamiento se introduce con las palabras:

Yo soy HaShem tu Di-s, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.” Éxodo 20:2

En cierto modo, la declaración “Yo soy HaShem tu Di-s” suena como una introducción, es decir, el Señ-r se está dando a conocer a Israel. ¿Acaso los Hijos de Israel no sabían Quién era HaShem antes del Monte Sinaí? Hay una diferencia significativa entre saber que Di-s existe y el tipo de relación que Israel estaba siendo llamada a experimentar en el Sinaí. ¿Por qué el versículo dice, “Yo soy HaShem tu Di-s” en lugar de simplemente “Yo soy Di-s”? La respuesta es que el Nombre Sagrado de Di-s aparece en esta oración י-ה-ו-ה. Este Nombre se relaciona con Di-s de una manera que trasciende la experiencia humana. El Nombre se refiere a conocer al Señ-r de una manera que depende únicamente de la revelación divina. Es muy importante que el Éxodo se mencione en la segunda mitad de este versículo. Como he dicho muchas veces anteriormente, existe una relación inherente entre HaShem sacando a los Hijos de Israel de Egipto y la Redención.

El punto aquí es que es solamente por medio de la experiencia de la redención que un individuo puede conocer a Di-s de una manera personal. HaShem no había dicho antes, “Yo soy HaShem tu Di-s” hasta que Él sacó a la Congregación de Israel de Egipto y la llevó al Monte Sinaí. HaShem había guiado al pueblo al Monte Sinaí para que lo adoraran. La redención no es el propósito, sino más bien un evento inicial que es fundamental para que se cumpla el objetivo principal que es la adoración. Israel no adoró en Egipto, ya que los que están en esclavitud no son libres de adorar. La adoración exige que se cumplan ciertas cosas para que sea una realidad para un individuo. La esclavitud al pecado hace que uno no pueda adorar, al igual que estar en un entorno equivocado. En resumen, porque Di-s quería que Su pueblo lo adorara, actuó de una manera que produjo cambios en sus vidas para que estuvieran en el lugar correcto y en la condición correcta para adorarlo.

¿Hay cambios que se deben hacer en tu vida para que puedas verdaderamente adorar a Yeshúa? Tu primera respuesta podría ser no; sin embargo, recuerda que los hebreos no clamaron inmediatamente a HaShem para que salieran de Egipto. Fue sólo después de que comenzaron a sufrir, que le pidieron a HaShem que los liberara de su esclavitud. No esperes hasta que los problemas del pecado en tu vida comiencen a afligirte para examinar tu vida.

Todas las sinagogas del mundo leerán los Diez Mandamientos este Shabat por la mañana. Permítanme sugerirles que lean también con especial atención los Diez Mandamientos y luego el Sermón del Monte de Yeshúa (Mateo 5-7). Estoy seguro de que después de reflexionar en oración sobre estos dos pasajes, ustedes y yo descubriremos que necesitamos hacer más cambios en nuestras vidas de los que inicialmente pensábamos.

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