Estudio Bíblico Libro de Gálatas No. 2

Ahora nos adentramos en el corazón de este capítulo: la razón por la que Pablo escribe esta epístola: su defensa del evangelio.

v6: Estoy maravillado: Estoy asombrado.

  • Os hayáis alejado: Alejarse…comenzando a caminar en desobediencia.
  • Alejado del que os llamó: Es interesante notar que Pablo no los reprende por alejarse de una doctrina, una teología o alguna expresión religiosa. Cuando nos alejamos del evangelio nos alejamos de una persona, nos alejamos del Mesías. Pablo asocia el evangelio con el conocimiento de Di-s. Cuando no caminamos en obediencia al evangelio nos alejamos del Di-s viviente.
  • Os llamó por la gracia: Pablo vuelve una y otra vez al tema de la gracia. Quiere enfatizar que el fundamento de todo lo que tiene que ver con la obra de Di-s en nuestras vidas es la gracia de Di-s. No merecemos que Di-s obre en nuestras vidas (transformándonos en nuevas criaturas), pero Él sí obra en nuestras vidas por Su gracia hacia nosotros.
  • Para seguir un evangelio diferente: Pablo usa dos palabras griegas para “diferente”. La primera palabra habla de algo que es totalmente diferente a. La segunda palabra habla de algo que es diferente, pero de la misma clase. El uso de estas dos palabras juntas hace que esto sea enfático. Él está diciendo que no hay un evangelio diferente, es decir, uno de una clase diferente ni tampoco hay uno de la misma clase. Hay una singularidad en el evangelio. Es el ÚNICO mensaje de salvación, la única verdad que nos redime y está arraigado en la gracia de Di-s (la obra que el Mesías hizo por nosotros en la cruz). Si se enseña algo que sea “diferente” a este verdadero mensaje del evangelio, entonces es una enseñanza falsa y no el evangelio en absoluto.

v7: No que haya otro: No es el evangelio.

  • Mesías (Cristo): Los judíos esperaban a su Mesías, pero muchos no lo reconocieron. De la misma manera, muchas personas no reconocen el verdadero evangelio.

v8: Nosotros, o un ángel del cielo: Una ley de la naturaleza no puede ser cambiada. Cuando una manzana cae del árbol, cae al suelo. Las palabras de las personas (o de los ángeles) no pueden cambiar la realidad de esta ley natural. Es un hecho. De manera similar, el evangelio del Mesías es un hecho, una ley espiritual que no puede ser cambiada, sin importar lo que diga alguien (ya sea Pablo, sus amigos o un ángel del cielo). Ningún grupo de personas, ningún mensaje angelical, puede controlar o cambiar la realidad de esta ley espiritual. Si escuchamos a otros enseñar o predicar algo diferente, debemos reconocer que están enseñando algo falso. Pablo no inventó el evangelio. El evangelio le fue confiado por revelación de Di-s. Él nos confió este evangelio a nosotros, hermanos creyentes, y nos exhorta a compartirlo con precisión con los demás.

  • Sea anatema (maldito): Este es un término fuerte. Pablo quiere que tomemos el evangelio en serio. El evangelio que Pablo compartió con nosotros está arraigado en la verdad. Aquellos que no aceptan este mensaje del evangelio, o aquellos que intentan cambiarlo o distorsionarlo, se encaminan hacia la destrucción.

v9: Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Pablo se repite. La repetición enfatiza. Pablo quiere dejar esto muy, muy claro… quienes prediquen algo distinto del evangelio del Mesías (el cual hemos recibido, y, por lo tanto, no tenemos excusa) serán malditos.

v10: ¿Busco ahora el favor de los hombres, o el de Di-s? Esta es la pregunta que debemos hacernos. ¿O trato de agradar a los hombres? Debemos decidir a quién queremos agradar, en quién centramos nuestras vidas. Si vivimos para obtener la aprobación de la sociedad (para recibir una palmadita en la espalda o ser recompensados por los hombres), entonces no somos siervos de Di-s. Como creyentes, estamos llamados a ser siervos de Di-s. Si no estamos sirviendo a Di-s, entonces estamos fallando, y Él no está complacido con nosotros. Una de las mayores recompensas que podríamos recibir es que Di-s nos diga: “Bien hecho… buen siervo y fiel…” (Mateo 25:23).

v11: El evangelio anunciado por mí, no es según hombre: Pablo nos dice en Gálatas 1:1 que su llamado como apóstol no fue hecho por hombre. Ahora también nos está dejando saber que el evangelio que él estaba proclamando tampoco fue fundado por hombre (es decir, el hombre no lo inventó).

v12: Pues yo ni lo recibí ni lo aprendí: Pablo no aprendió el evangelio de otras personas (seminario, etc.).

Un resumen: Este es el mensaje del evangelio: Somos pecadores, merecedores de la muerte y de la ira de Di-s. Debido a la gran misericordia de Di-s hacia nosotros, el Mesías vino a la tierra y tomó nuestros pecados sobre Sí mismo, convirtiéndose en el objeto de la ira de Di-s. Experimentó la ira de Di-s en la cruz y murió en nuestro lugar. El Mesías fue sepultado, pero al tercer día resucitó a una nueva vida. El Mesías es el modelo para nosotros. Cuando aceptamos lo que el Mesías ha hecho por nosotros (Juan 3:16), nuestros pecados, que han sido pagados de antemano, son quitados de nosotros (Salmo 103:11-12). Romanos 6:4-11 afirma que a través del bautismo somos “sepultados con el Mesías”.

Esto significa que pensamos y vivimos de una manera que está muerta al pecado (crucificamos los deseos de nuestra carne; no vivimos para complacer nuestros deseos carnales, sino para agradar a Di-s – Gálatas 5:24). El Mesías resucitó al tercer día. Como Él, nosotros también resucitamos espiritualmente en esta era, pero resucitaremos físicamente en la era venidera (1 Corintios 15:20-23, 52-55). En esta era, debido al poder del Espíritu Santo que vive en nosotros los que creemos, podemos vivir en novedad de vida. Esto significa que mientras todavía estemos vivos en esta tierra, tenemos acceso al poder de Di-s. El poder de Di-s transforma nuestras vidas y nos ayuda a vivir de una manera que agrada a Di-s (1 Tesalonicenses 4:1): diciendo “no” al pecado y a la impiedad (Tito 2:12-14), y “sí” a los planes y propósitos que Di-s tiene para nuestras vidas (Efesios 2:10).

Nota: El Espíritu Santo puede ayudarnos a compartir este evangelio con los demás. Muchas personas aún necesitan escuchar esta verdad del evangelio para que sus vidas también puedan ser transformadas en vidas que agraden a Di-s. A menudo, el hambre por el evangelio comienza cuando las personas ven el cambio y la fidelidad en nuestras propias vidas. Ven nuestras vidas y quieren experimentar esa misma liberación del pecado, ese mismo gozo que tenemos que proviene de conocer al Di-s viviente. Nuestras palabras y el fruto de nuestras vidas dan testimonio de la verdad del evangelio.

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