Terminamos esta semana leyendo Filipenses 3:9-12
¿Tenemos la perspectiva correcta de la vida? ¿Estamos viendo las cosas desde la perspectiva de Di-s? ¿Somos capaces de discernir qué es realmente significativo y qué es engaño o falsedad? Muchos creyentes enfatizan cosas que a Di-s no le interesan. Estas cosas no reflejan el carácter de Di-s ni Su objetivo. Necesitamos desesperadamente ser personas de discernimiento.
v9: En Él: Pablo usa este término muy a menudo en sus escritos. Estar EN el Mesías significa estar haciendo Su voluntad, experimentar Su Presencia en nuestras vidas, etc. Estar EN el Mesías, y por lo tanto tener el Espíritu Santo morando en nosotros, cambió la vida de Pablo y le trajo satisfacción.
- Mi propia justicia: Esto se refiere a la justicia que su propio comportamiento puede lograr. Esta es una justicia que está definida por un dogma o doctrina religiosa (la ley). Esta clase de rectitud es difícil de mantener y no deja ninguna satisfacción duradera.
- Lo que es por la fe en el Mesías: Cuando nosotros, por la fe, creemos en el Señ-r Mesías Yeshúa, Su justicia nos es impartida. Cuando Di-s el Padre nos mira (después de la salvación), Él no ve nuestra injusticia, sino que nos ve a través del lente de la justicia de Su Hijo. La justicia de Yeshúa agrada a Su Padre. Esta justicia, que se nos imparte mediante la fe, se manifestará en nuestras acciones y pensamientos. Esta justicia, que se obtiene a través de la fe, provoca una transformación radical en nuestras vidas: comenzamos a vivir de manera diferente, no basándonos en las enseñanzas religiosas del hombre sino en la revelación espiritual que proviene de Di-s a través de Su Espíritu Santo.
v10: A fin de conocerlo: Es muy importante que después de conocer al Mesías como nuestro Salvador, también lleguemos a conocerlo como nuestro Señ-r y Maestro.
- Conocerle, y Él poder: Conocer al Mesías nos da acceso a Su poder.
- Conoce… el poder de su resurrección: Aunque Yeshúa como hombre siempre fue completamente Di-s (Él nunca perdió Su identidad como Hijo de Di-s), cuando tomó carne humana estuvo restringido a los límites de la carne humana. Cuando Di-s el Padre lo resucitó de entre los muertos, Yeshúa resucitó a una nueva vida. No estuvo limitado a estar confinado dentro de cuatro paredes, sino que pudo caminar a través de ellas. Podría aparecer y desaparecer a voluntad en varios lugares. Colosenses 1:18 identifica a Yeshúa como el primogénito de entre los muertos. Cuando experimentemos la resurrección (1 Corintios 15:51-57), recibiremos cuerpos resucitados, como lo hizo Yeshúa. En nuestros nuevos cuerpos podremos servir perfectamente a Di-s. Cuando recibamos nuestros nuevos cuerpos, ya no podremos pecar. Vivir con el poder de la resurrección en nuestras vidas nos hace vivir con el deseo de una vida sin pecado, incluso mientras estemos vivos en esta tierra hoy.
- Llegando a ser semejante: Intimidad con Di-s.
Nota: Todas estas cosas se suceden unas a otras (en cierto modo pueden verse como diferentes etapas de madurez espiritual). Cuando conocemos al Mesías, tenemos el potencial de vivir una vida en el Reino (se nos da poder para no vivir una vida pecaminosa). No vivir según las costumbres de este mundo provoca sufrimiento y persecución. Pablo desea este sufrimiento porque sabe que es a través del sufrimiento que tiene una comunión o intimidad más profunda con Di-s.
- Llegando a ser semejante a Él en su muerte: Cuando estamos dispuestos a sufrir por nuestra fe, eso nos lleva a estar dispuestos a dejar todo por el Mesías, incluidas nuestras vidas. El Mesías hizo perfectamente la voluntad de Su Padre. No pensó en sí mismo, sino que entregó su vida a la muerte en una cruz (Lucas 22:42). Sólo cuando vivamos una vida obediente podremos experimentar la victoria que Di-s quiere que tengamos. El deseo de Pablo era estar completamente entregado a los propósitos y la voluntad de Di-s.
v11: Nota: Todo creyente será resucitado de entre los muertos. Cuando nuestros cuerpos resucitan, significa que la muerte y el pecado ya no tienen poder sobre nosotros (1 Corintios 15:53-57). Se puede decir que cuando estamos en nuestros cuerpos resucitados, hemos alcanzado la perfección espiritual (un nuevo cuerpo de justicia). Pablo no quería que ésta fuera sólo su realidad después de la muerte. Pablo quería vivir de tal manera en la tierra (antes de la muerte) que fuera como si ya estuviera ocupando su cuerpo resucitado (Romanos 6:11-14). Quería vivir en completa obediencia a Di-s y a los propósitos de Di-s.
v12: No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto: Pablo no era perfecto, pero tenía el deseo de ser perfecto y demostrarlo a los demás (Mateo 5:48). Pablo buscaba la perfección.
- Sino que prosigo: El propósito de Di-s. El Mesías nos salvó (se apoderó de nosotros) con un propósito.
- Por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por el Mesías Yeshúa: El deseo de Pablo era abrazar la voluntad de Di-s para su vida. El Mesías Yeshúa lo había salvado (se había apoderado de él) por una razón y Pablo quería asegurarse de que cumpliera o completara esa razón/propósito. Di-s nos ha salvado con un propósito. ¿Buscamos cumplir el propósito para el cual Él nos salvó?