¡Shabbat Shalom! Parashá Metzorá.

Este Shabbat es el Shabbat anterior a Pesaj (Pascua). Se llama el Gran Shabbat y cuando el Templo estaba en Jerusalén, su propósito principal era recordarle a la gente que seleccionara el cordero para el sacrificio y que el décimo día del mes de Nisán llevara este cordero a la casa hasta el día 14 del mismo mes cuando era sacrificado.

A continuación, se muestra un breve comentario de Baruch sobre la Porción de la Torá de esta semana, Parashá Metzorá y es tomada de Levítico 14:1-15:33.

Parashá Metzorá

Una vez más, la enfermedad de la lepra juega un papel importante en la lectura de la Torá de esta semana. En el Parashá de la semana pasada, se registra que los Kohanim (sacerdotes) debían inspeccionar la piel del infectado para ver si el brote era en realidad lepra o si se trataba de alguna otra dolencia. Asimismo, cuando uno veía que la lepra se había ido, era requisito presentarse al sacerdote para recibir su declaración de que la persona había sido sanada, y solo entonces el leproso podía comenzar el proceso de purificación para que pudiera regresar a la sociedad. Yeshúa también les dijo a los diez leprosos que Él sanó que fueran y se mostraran a los Sacerdotes (Lucas 17:14). ¿Por qué fue tan importante la declaración de los Kohanim?

La respuesta simple es que los Kohanim fueron entrenados para distinguir la lepra de otras anomalías de la piel, y no tendrían ningún incentivo para declarar curado a alguien que en realidad no estaba curado. Eran simplemente expertos imparciales que velarían por el bienestar de la comunidad. Hay, sin embargo, una razón adicional. Hay que recordar que una de las causas subyacentes de la lepra era el orgullo. Por lo tanto, un leproso no estaba acostumbrado a someterse a otro y, de hecho, hacerlo iba en contra de su naturaleza orgullosa. La eliminación de los síntomas no significaba necesariamente que el leproso hubiera cambiado. Para ver si su orgullo también se había ido, y si había aprendido a ser sumiso, tenía que ir y presentarse ante el Kohen y luego someterse a la decisión del sacerdote.

En el relato de Yeshúa y los diez leprosos, es muy significativo que mientras los diez viajaban hacia los Kohanim, aquel, cuando vio que también estaba sano, se detuvo y regresó a Yeshúa, alabando a Di-s. Este acto de gratitud es muy revelador. Por lo general, la lepra era una aflicción larga, por lo que cada uno de estos hombres hubiera querido recibir la proclamación del sacerdote y comenzar de inmediato el proceso de purificación de una semana para completarlo y regresar a la sociedad, especialmente a su familia. El hecho de que éste se detuviera y volviera a dar gracias a Yeshúa, alabando al Señ-r todo el camino, muestra un cambio significativo en este hombre.

Este Shabbat, mientras estudiamos Parashá Metzorá, ¿por qué no pensar en las personas que te han bendecido e impactado en tu vida? También alaba a Yeshúa por ellos y llama a estas personas o escríbeles una nota breve (no un correo electrónico) agradeciéndoles y expresándoles tus sentimientos.

¡Shabbat Shalom! Parashá Tazría

A continuación, hay un breve comentario de Baruch sobre la porción de la Torá de esta semana:

Parashá Tazría

Este Shabbat se llama Shabbat JaKodesh porque es el sábado anterior al muy especial mes de Nisán (nombre babilónico) o Abib, el mes de la redención (el mes en el que ocurrió la Pascua).

Nuestra lectura de la Torá esta semana se llama Tazría y cubre Levítico 12:1-13:59. El mes de Nisán o Abib es un mes muy especial porque en él tuvo lugar el Éxodo de Egipto. La Pascua, la Fiesta de la Redención, encierra un gran significado; por lo tanto, los sabios de la antigüedad ordenaron que para el Shabat justo antes de Nisán, toda la comunidad debería leer, además de la lectura regular de la Torá, la sección del libro del Éxodo que trata sobre la Pascua. Además, la lectura de los Profetas se relaciona con la Pascua de este Shabbat, en lugar del parashá semanal.

En el Parashá, se lee que después de que una mujer da a luz, es ritualmente impura. Esto se debe a la sangre que acompaña al nacimiento de un niño. Ella debe traer dos ofrendas para responder a su impureza ritual. El primer sacrificio es una ofrenda de elevación, mientras que el segundo es una ofrenda por el pecado. ¿Por qué HaShem requería estas ofrendas, especialmente la ofrenda por el pecado, cuando la mujer no necesariamente pecó? Primero, uno necesita recordar que el pecado no tiene que involucrar alguna acción mala. El pecado en su significado más básico es lo opuesto a lo que es Santo. Por lo tanto, debido a que la sangre está presente en un parto y la sangre debe ser respetada debido a su gran significado espiritual, el texto enfatiza que incluso en un evento alegre como el nacimiento de un niño, uno debe recordar su responsabilidad de tratar la sangre con el respeto que merece

Es muy significativo que la ofrenda de elevación se mencione primero. Este hecho arroja luz sobre por qué la mujer está realizando estas ofrendas en primer lugar: ella quiere que HaShem sea exaltado. Entre las muchas cosas que uno puede aprender de este pasaje está la verdad bíblica de que todas las cosas que se nos proporcionan se dan para glorificar a nuestro Señ-r. Es muy fácil para nosotros olvidar esta verdad, especialmente cuando se trata del nacimiento de un nuevo hijo. No es suficiente que en algún momento durante las primeras semanas del nacimiento demos gracias a HaShem, sino que lo hagamos no solo en la forma que HaShem dice, sino también en el momento que Di-s requiere. Esto nos recuerda que debemos estar en Su horario, en lugar de responderle cuando sea conveniente para nosotros.

No hay que olvidar que obedecer este mandamiento implicaba ir a Jerusalén. Ciertamente, viajar en un momento así no sería fácil, pero manifiesta el compromiso de uno no solo con HaShem, sino incluso con las cosas que se relacionan con Él. Creo que es muy esclarecedor que los padres terrenales de Yeshúa, Yosef y Miryam, demostraran este tipo de obediencia y compromiso con HaShem,

“Cuando se cumplieron los días de su purificación conforme a la ley de Moisés, lo trajeron a Jerusalén para presentarlo al Señ-r, como está escrito en la ley del Señ-r: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo a SEÑ-R’, y para ofrecer en sacrificio conforme a lo que está dicho en la ley de SEÑ-R: ‘Un par de tórtolas o dos palomas.” Lucas 2:22-24

Estos versículos revelan que Di-s usa a las personas que están más interesadas en responderle como enseñan las Escrituras, independientemente de sus circunstancias personales.

¡Shabbat Shalom! Parashá Sheminí

A continuación, encontrarán un breve comentario de Baruch interpretando la porción de la Torá de esta semana. Parashá Shemini, Levítico 9:1-11:47.

Parashá Sheminí

“Un principio básico para el crecimiento espiritual”

En la porción de la Torá de esta semana, uno aprende un principio muy básico para el crecimiento espiritual. No es que este principio sea tan profundo, pero muchas veces es ignorado. Antes de enunciar este principio, recordemos que una de las tareas primordiales del hombre es comportarse de una manera que manifieste la gloria de Di-s. Solo hay una manera de hacer esto, es a través de la obediencia. En la sección inicial del parashá de esta semana, Moisés le habla a Aarón sobre el trabajo de los Kohanim (sacerdotes). Moisés declara:

“Esto es lo que HaShem ha ordenado que hagáis (todos los Kohanim) y la gloria de HaShem se os aparecerá”. Levítico 9:6

Este versículo no solo revela que a través de la obediencia a lo que Di-s ordena se manifiesta la gloria de Di-s, sino que el versículo dice literalmente que la gloria se manifestará a quien cumpla lo que Di-s ordenó . En otras palabras, a través de la obediencia el creyente crecerá en su comprensión del SEÑ-R. ¿Por qué es esto? La respuesta es porque la gloria de Di-s está inherentemente relacionada con Sus atributos. Esto se enseña claramente en los capítulos 33 y 34 de Éxodo. En esta sección, Moisés suplica al SEÑ-R que le muestre Su gloria (Éxodo 33:18). En respuesta a esto, Di-s le permitió a Moisés ver Su espalda. Cuando esto ocurrió, Moisés estaba esculpiendo el segundo juego de tablas y cuando el SEÑ-R descendió en una nube y se paró allí con Moisés, HaShem proclamó Sus 13 atributos (Éxodo 34:5-7).

¡Shabbat Shalom! Parashá Tzav

Parashá Tzav

“Yeshúa (Jesús): Sacrificio Perfecto”

En la porción de la Torá de esta semana, Parashá Tzav [en la Biblia hebrea se encuentra en Levítico 6:1-8:36 (en otros idiomas, 6:8-8:36)], hay una palabra importante; la palabra es simplemente “esta”. Se usa con frecuencia en la Torá en relación con el aspecto fundamental de algo. Por ejemplo, en Levítico 6:13 (6:20 en español) se lee: “Esta es la ofrenda de Aarón y de sus hijos…”. En otras palabras, uno aprende el aspecto principal de los Kohanim (Sacerdotes) en este pasaje. En este mismo versículo, esta ofrenda se le llama perpetua. Esta es la misma palabra que se usa para el sacrificio diario del Templo. Uno supondría que este sacrificio tenía que ser ofrecido diariamente por cada sacerdote individual. La dificultad es que este sacrificio solo lo hacía una vez el sacerdote individual con el fin de inaugurar su servicio. Los Kohanim servían en forma rotativa dos veces al año y durante las festividades; por lo tanto, no podían ofrecer este sacrificio todos los días.

En realidad, era el Kohan JaGadol (Sumo Sacerdote) quien ofrecía este sacrificio todos los días en el Templo. Según la tradición, los Kohanim regulares necesitaban pensar en esta ofrenda dos veces al día, por la mañana y por la noche, cuando el Kohan JaGadol la estaba ofreciendo. Este pasaje se refiere al Kohan JaGadol de una manera más interesante. En el versículo 15 (22 en español) se le llama literalmente Kohan HaMashiaj (El Sacerdote, el Ungido).

El mensaje para nosotros hoy es que debemos recordar lo que el Mesías Yeshúa (Jesús) ha hecho por nosotros, ofreciéndose a Sí mismo por nosotros. Como aprendimos la semana pasada, este sacrificio es suficiente eternamente. Es muy significativo al describir el sacrificio que el Sumo Sacerdote hacía diariamente; se llama un sacrificio por el pecado. El lenguaje es más informativo, porque la Torá dice: “Esta es la Ley del sacrificio (expiatorio) por el pecado”.

Una vez más, el uso de la palabra “esta” es significativo, ya que enseña que el trabajo principal de los Kohanim es expiar el pecado; y asimismo esto es lo que Yeshúa (Jesús), nuestro Mesías ha hecho por nosotros.

¡Shabbat Shalom! Parashá Vayikrá

A continuación, hay un breve comentario de Baruch sobre la Porción de la Torá de esta semana: (Parashá Vayikrá – Levítico 1:1-5:26) – Nuestro Redentor

Parashá Vayikrá


Esta semana comenzamos el tercer libro del Pentateuco: Levítico. El tema principal es el trabajo que se realiza en el Tabernáculo o más tarde en el Templo. El aspecto principal de esto son las ofrendas y los sacrificios. La lectura profética comienza con una declaración de que Israel no se tomó suficientemente en serio su necesidad del sistema de sacrificios que HaShem proporcionó. De hecho, Di-s los regaña por cansarse de este trabajo. ¿Cuál fue la causa de esta actitud y comportamiento? Isaías dice que el pueblo se olvidó de que solo el Señ-r puede borrar los pecados de las personas,

“Yo, Yo soy Él (Quien) borro tus rebeliones por Mi causa y no Me acordaré de tus pecados”. Isaías 43:25

En esencia, este pasaje trata sobre el descontento de Di-s con el pueblo que toma a la ligera la gracia que Él pone a disposición de Su pueblo. Esta tendencia está todavía muy presente en la comunidad creyente. Oímos tanto acerca de esta gracia que produce el perdón de los pecados que a menudo la damos por sentado. El capítulo cuarenta y tres de Isaías termina informando al lector que tal comportamiento traerá el severo castigo del Señ-r. Aunque el Señ -r sí disciplina a Su pueblo, observe cómo inmediatamente después de prometer este juicio, se mueve para consolar al pueblo en los primeros versículos del capítulo 44 (ver Isaías 43:1-4). Sí, Di-s juzgará a Su pueblo y lo castigará severamente. Israel es el ejemplo de esto. Pero hay que recordar que la misericordia y el amor del Señ-r alcanzarán una vez más a su pueblo, ofreciéndole perdón y redención. Es muy significativo que en la siguiente sección de la haftará se habla de Di-s en los términos que Él es:

“Así dice el SEÑ-R, Rey de Israel, y Su Redentor, el SEÑ-R de los Ejércitos, Yo soy el Primero y Yo soy el Último, fuera de Mí no hay otros dioses.” Isaías 44:6

Este versículo plantea una pregunta interesante. Si el Señ-r es el Rey de Israel, entonces, ¿quién es Su Redentor? La respuesta es Mesías. Es muy significativo que este Redentor (Mesías) también sea llamado el SEÑ-R de los Ejércitos. Los rabinos son conscientes de este problema para ellos que habla de la unidad especial entre Di-s y el Mesías. Esta es una clara referencia a la divinidad del Mesías y al hecho de que el Mesías debe ser incluido en la Divinidad de Di-s el Padre, Di-s el Hijo y Di-s el Espíritu Santo.

En un esfuerzo por resolver esta dificultad, algunas traducciones al inglés (español en nuestro caso) del texto hebreo traducido por los rabinos, como la Edición de Piedra del T’nach (Antiguo Testamento), traducen la frase “Su Redentor” (en realidad, una sola palabra en hebreo) como “su Redentor” (letra minúscula). Este es un esfuerzo para decir que el Redentor mencionado en este versículo es el Redentor de Israel, es decir, otra referencia al Señ-r, en lugar de atribuir este versículo como una referencia al Mesías. Esto es incorrecto según la gramática hebrea, que exige que el versículo esté hablando de otro más además del Señ-r. Este hecho fue reconocido por Juan quien en el libro de Apocalipsis se refirió a Yeshúa tres veces como el Alfa y la Omega (el Primero y el Último).